Mientras tú existas, mientras mi mirada te busque más allá de las colinas, mientras nada me llene el corazón, si no es tu imagen, y haya una remota posibilidad de que estés viva en algún sitio, iluminada por una luz—cualquiera... Mientras yo presienta que eres y te llamas así, con ese nombre tuyo tan pequeño, seguiré como ahora, amada mía, tránsito de distancia, bajo ese amor que crece y no se muere, bajo ese amor que sigue y nunca acaba.
Ángel González
1 comentario:
Bello poema, muy profundo.
Lo esencial es existir...
Gracias por compartir algo tan intenso.
Publicar un comentario